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EUROPA FRENTE AL PODER GLOBAL Y EL PENSAMIENTO ÚNICO

Día a día podemos contemplar como el poder del capital y del mundo financiero aumentan a un ritmo vertiginoso. Los cabecillas ultraliberales que controlan y gestionan el desarrollo del proceso político, social y económico que todos conocemos como globalización o mundialización, se han propuesto un objetivo fundamental; derribar los estados sociales europeos. Algo que, desgraciadamente, están consiguiendo.
El neoliberalismo internacional persigue la privatización de los servicios sociales de los estados para que las multinacionales y grandes empresas se hagan con ellos. Y para ello, Europa, su modelo de organización y protección social vigente hoy en día, supone un gran escollo que, como ya hemos dicho, pretenden derribar.
Actualmente en nuestro país los servicios de telefonía, transportes, electricidad, carburantes etc. se hallan privatizados, lo que ha generado un oligopolio de varias compañías que controlan a sus anchas el mercado tanto en precios como en calidad.
Lo peor es que tras estos servicios sigue la privatización de los más elementales, como la sanidad o !la seguridad social¡
Esto supone dejar nuestros derechos y conquistas sociales, que tantísimo esfuerzo ha costado implantar, en manos del capital internacional. Es decir, aquel que pueda costearse su jubilación o su estancia en hospitales bien, no tendrá problemas, y el que no, que rece lo que sepa porque aquí sencillamente manda el dinero, maximizar beneficios. Así de simple.
A esta criminalidad propia de sociedades carentes de los más fundamentales principios de moralidad, ética y equidad, hay que añadir el riesgo que supone el que nuestros servicios sociales estén a merced del mercado financiero, con su tremenda inestabilidad y esos vaivenes que hoy te hacen estar tranquilo y acomodado y mañana en la más absoluta ruina.
¿Se imaginan que sucedería si un hospital despide de forma masiva a médicos y enfermeras para abaratar costes?
Todo esto supone la pérdida del sentido que hasta ahora tenía el estado y todos sus organismos e instituciones; asegurar el bienestar social de una colectividad para pasar a ser un conjunto de entidades cuyo único interés, claro está, es obtener las máximas ganancias al menor coste posible.
Este fenómeno conlleva de forma pareja el acercamiento que ya estamos viviendo hacia una forma de pensamiento uniforme.
La apertura total y absoluta de las fronteras de acuerdo a la conveniencia de las finanzas internacionales, ya sea para traslado de capitales o bien de factor trabajo en forma de inmigrantes que suponen una mano de obra barata, está trastocando profundamente nuestra identidad.
Avanzamos hacia la uniformidad mundial. Hacia un mundo regido por el mercado y en el que sólo importa una única cosa, aumentar el capital.
La historia, la tierra y la cultura caen en el olvido.
Hoy en día pasear por el centro de Nueva York o hacerlo por el de cualquier gran capital europea es lo mismo, el paisaje no varía.
Decenas de grandes edificios, sedes de multinacionales, se agolpan en apenas unas pocas hectáreas entre las que circulan grandes masas de personas movidas por las prisas y el estrés que imponen esta sociedad de mercado.
Únicamente algunas grandes obras arquitectónicas edificadas en tiempos lejanos se atreven a sobresalir por encima del frío paisaje de hierro para recordarnos que las cosas no fueron siempre así. Que han existido momentos en los que el patriotismo, el orgullo, la sangre y la cultura eran lo más importante.
Y es el espíritu de esas épocas, el que llevo a EUROPA a su máximo esplendor, el que tenemos que recuperar.
Frente a su idea global, nuestro proyecto nacional.
Frente a su uniformidad, nuestra diversidad de culturas.
Capitalistas liberales y progresistas estúpidos, cada cual a su manera, se ha propuesto globalizar el planeta y acabar con las diferencias culturales e identitarias.
Sólo un bloque europeo firme y sólido política, económica y culturalmente, con una estructura interna que garantice el estado de bienestar de todos sus ciudadanos, será capaz de hacer frente a este proceso que estamos viviendo.
Y para ello es necesaria más que nunca la unidad de acción de todos los que creemos en una Europa unida.
Sólo la lucha codo a codo de todos los patriotas europeos nos llevará al triunfo.

¡ JUNTOS POR LA EUROPA DE LAS NACIONES !

NR Andalucía
andalucia@democracianacional.org

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