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7 de octubre: la batalla de Lepanto.

<strong>7 de octubre: la batalla de Lepanto.</strong> El año 1571. Tras su derrota ante las murallas de Malta, los turcos musulmanes despliegan en el Mediterráneo una flota de enormes proporciones - 277 naves ( 221 galeras y 6 de otras clases) y 92.000 hombres (34.000 soldados, 13.000 marineros y 45.000 remeros) - con el objetivo de conquistar las posesiones venecianas en Chipre y dominar el Mediterráneo.
La fortaleza de Famagusta en Chipre fue cercada, tras resistir 65 días con tan solo 7.000 hombres al empuje turco, el gobernador de la plaza Marco Antonio Bragadino negocio la capitulación de la ciudad para asegurar la evacuación de la poblaron cristiana. Los musulmanes no respetaron lo acordado, Bragadino y muchos de sus hombres fueron torturados y ejecutados, los habitantes de Famagusta se convirtieron en esclavos.
Ante esta amenaza, se forma la Santa Liga. España aporta la mitad de la fuerza, un cuarto lo aporta el Papa y otro cuarto los venecianos. Al frente de la Liga se designo, con solo 24 años de edad al hermano de Felipe II, Don Juan de Austria.
Para frenar a los turcos, Don Juan de Austria cuenta con 273 naves, de las que 207 son galeras (67 españolas, 109 de Venecia, 12 del Papa, 3 de Saboya, 3 de Malta y 3 de Génova) y con 28.000 hombres, de los que 18.000 son soldados al servicio de España: 5.000 alemanes, 5.000 italianos 8.000 españoles de los Tercios de Sicilia, Nápoles, Lombardía, de Lope de Figueroa y de Moncada. A los que hay que añadir 13.000 marineros y 43.000 galeotes.
El 7 de octubre las flotas se encuentran en el Golfo de Lepanto. La batalla comienza en el ala derecha en donde las naves se encuentran más cerca de tierra, haciéndose con la victoria el veneciano Barbarigo frente al turco Sirocco. Ambos resultan muertos en la lucha, Barbarigo por una flecha en su ojo derecho y Sirocco degollado en el asalto a la nave Capitana de los venecianos.
En el ala izquierda los turcos de Uluch Alí se hacen con la victoria tomando la nave Capitana Maltesa, sin embargo ante la victoria cristiana en el Norte y en el centro los musulmanes se baten en retirada.
En el centro Don Juan de Austria identifico la nave de su rival turco Alí Pacha - la “Sultana”-, enviando su nave -la “Real”- contra ella. Sin embargo, fue la “Sultana” la que arremetió contra la “Real” con tanta fuerza que su espolón entro hasta el cuarto banco de remeros. Los españoles abordaron la nave turca, pero pronto se vieron obligados a retroceder ante el empuje de decenas de jenízaros y soldados turcos de refuerzo provenientes de otras siete galeras. Lope de Moncada y los hombres de su tercio apenas pueden contener la marea musulmana y el mismo Don Juan de Austria esgrime su espada como un soldado de infantería para hacerles retroceder. La situación se vuelve desesperada hasta la llegada de doscientos hombres del tercio de Figueroa, con su apoyo los españoles entran en la “Sultana” acabando con la resistencia turca. Alí Pacha muere arco en mano, un soldado le entrega su cabeza a Don Juan de Austria que ordena arrojarla al mar. Entre gritos de ¡victoria! los españoles arrían el estandarte turco e izan el de la Liga. La “Real”, quedo tan maltrecha que tras su llegada a puerto nunca volvió a navegar.
Dentro de lo que fue la batalla, es importante recordar algunas acciones de los soldados españoles que en aquellos tiempos eran merecidamente conocidos como la mejor infantería del mundo.
El infante Antonio de Paredes pese a estar herido de un flechazo en el pecho y otro en la pierna, se lanzo al abordaje hasta resultar muerto al ser alcanzado en la garganta.
El sargento Martín Muñoz pese a estar enfermo mato a varios enemigos, recibiendo nueve saetazos. Finalmente una explosión le arranco la pierna, diciendo antes de morir:”señores, cada uno haga otro tanto”.
El capitán Pedro Jiménez de Heredia cayo al mar ardiendo, nado hasta su galera, se cambio de ropa y volvió al combate.
Por ultimo citar al más ilustre alcalaíno Miguel de Cervantes Saavedra, soldado del Tercio de Nápoles que perdió un brazo en la batalla y que posteriormente recibiría una carta de recomendación de Don Juan de Austria para que se le encomendase el mando de diez soldados a su regreso a España. Cervantes definió Lepanto “como la mayor jornada que vieron los siglos”.
La derrota de los turcos fue total: 30.000 muertos, 5.000 prisioneros, 130 naves capturadas, 30 naves hundidas y 99 inutilizadas. La Liga perdió 8.000 hombres, de los que 2.000 eran españoles, pero libero a 12.000 galeotes cristianos. La batalla de Lepanto no acabo con el poder naval de los turcos, pero añadida a la derrota que sufrieron ante Malta a manos de la Orden de dicha ciudad y de los tercios españoles en 1565, sirvió para evitar que el Mediterráneo se convirtiese en un lago musulmán. De hecho todas las invasiones posteriores musulmanas sobre Europa serian por tierra. España, como hizo en otras ocasiones, cerro de nuevo el paso al avance musulmán contra Europa.

Álvaro Peñas Lopez.
Vice-presidente de DN

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Don Juan de Austria.

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